Hola Rosario!
Estuve desaparecida un tiempo. Quizá te diste cuenta, quizá ni lo notaste… es la magia de los mails… tan cerca y tan lejos…
La cuestión es que tuve un mes super intenso… Luego de 25 años trabajando en grandes corporaciones, renuncié. Dejé mi zona de confort para comenzar mi propio emprendimiento de coaching, desde donde quiero ayudar a empresas y emprendedores a crear empresas conscientes, con personas comprometidas con sus propósitos y valores.
Y no sólo eso… yo vivía en el piso 17 de una torre en Caballito, pleno centro de la ciudad de Buenos Aires. Y me mudé a las afueras de Mar del Plata. Una ciudad mucho más chica, pero que me permite cumplir el gran sueño de mi vida: vivir cerca del mar!
No te voy a contar más de esto, porque ya lo conté en redes (te dejo los links por si lo querés ver https://www.linkedin.com/posts... / https://www.instagram.com/p/Ca...)
De lo que quiero hablar con vos es de las reacciones que tuve ante estas decisiones. La primer cosa curiosa es que todo el mundo tuvo algo que decir! No sólo mi familia y amigos más cercanos (los "opinólogos" oficiales), sino que también personas con las que tengo poco trato, como el encargado del edificio de mi mamá o el responsable del estacionamiento del barrio. Todos sintieron que tenían que darme su opinión. En redes pasó lo mismo: personas que hace mil que no hablo, o que ni conozco, me dejaron sus opiniones.
Y todas estas opiniones se pueden agrupar en dos grandes grupos:
- Los que me felicitaron y me dijeron: "Hiciste lo que todos queremos hacer y no nos atrevemos"
- Los que me dijeron: "Vas a vivir del coaching? Hiciste números? No podías seguir con tu trabajo en relación de dependencia y hacer coaching en paralelo (esto es lo que vengo haciendo en los últimos dos años!! )
Por qué me parece interesante contarte esto?
Porque hay dos reflexiones que pueden resultarte interesantes:
1. "La gente siempre habla". Ya lo decía mi abuela y tenía razón. No importa cuánto te prepares para una situación. Todos van a opinar sin tener idea de todo lo que pensaste, planificaste, estudiaste y ejecutaste. Pueden hablar a favor o en contra de tu decisión, es lo mismo. Muy pocos saben el camino que recorriste para llegar a ese punto en el que estás, sólo proyectan sus miedos y expectativas. Así que, OJO!! Estate muy atenta a la importancia que le das a estas opiniones.
2. Estas dos opiniones representan las mismas voces que tenemos en nuestra cabeza. Cada vez que estamos frente a una decisión importante, nuestro cerebro entra en un "rulo loco": pasamos de estar totalmente decididas a descartar la idea de plano. Y esto es culpa de nuestro cerebro reptiliano, que está preparado para garantizar nuestra supervivencia. Y los cambios le dan miedo, porque cuando entramos en terreno desconocido no sabe si vamos a poder sobrevivir.
Qué podemos hacer?
Hoy te propongo el siguiente ejercicio para cuando estés ante una decisión difícil, o no tanto…
Paso 1: Pon atención al monólogo de tu cabeza. Qué te dice desde que despiertas hasta que te vas a dormir. Escucha tu bullicio interno. Conviértete en testigo de lo que te dice. Anota todo.
Paso 2: Reflexiona: todo este bullicio interior, cuán influenciado está por noticias catastróficas de la radio, la televisión o anécdotas de otros? cuán influenciado está por situaciones que se te dieron en el pasado, y que ya no representan quien sos hoy? Cuán influenciado está por compararte con otros? Identifica todos los pensamientos que drenan tu energía y entusiasmo.
Paso 3: Piensa en los aspectos de tu vida que te emocionan. ¿Qué te hace feliz? ¿Qué te entusiasma? ¿Qué te alegra? De qué manera esta decisión que estás a punto de tomar va a aumentar el nivel de emoción en tu vida? Anótalo.
Paso 4: Relee todo lo que escribiste anteriormente. Qué decisión es la que está alineada con lo que quiere tu corazón? Y decide!!!!
Una vez que tomes una decisión, no es necesario que actúes en forma inmediata. Lo importante es que te decidas, y en base a tu decisión comiences a trabajar en tu plan de acción.
Recuerda: La vida de tus sueños es posible, sólo debes estar dispuesta a pagar el precio. Siempre salir de nuestra zona de confort implica un riesgo, es el precio a pagar para escalar un paso más en nuestra vida.
Contame cómo te va con este ejercicio. Espero ansiosa tus comentarios
Con amor,
Ro